Fueron diseñados por el arquitecto Adolphe Coquet e instalados en el Parque Cousiño, conocido en la actualidad como Parque O’Higgins.
En el primer mail que Marcela Alarcón recibió de Mario Rojas, éste le preguntaba por unas fotos históricas de Santiago, para una investigación que estaba realizando, pero en el mail que le llegó a continuación, Rojas le consultó por un asunto que no tenía nada que ver: quería saber la procedencia de unos portones que hay en el Museo del Carmen, en Maipú, donde ella trabaja como conservadora. Desde su trabajo en el Estudio Brügmann, una plataforma de investigación y difusión de cultura y patrimonio chileno, Rojas y su colega Fernando Imas llevaban mucho tiempo siguiéndole el rastro a unos portones que había en el Parque Cousiño, actualmente conocido como Parque O’Higgins. Por esas cosas del destino, cuando Rojas se metió a la página web del Museo del Carmen, se percató de que su logo correspondía a un pequeño portón, de esos antiguos, extrañamente parecido al que él buscaba.
La conservadora preguntó, pero nadie en el museo conocía la procedencia de los portones, que se habían transformado en el logo del recinto en el 2008. Por su parte, Rojas manejaba registros bibliográficos y documentales de los portones que buscaba hasta 1929. Según explica, originalmente fueron instalados en lo que hoy es la avenida Tupper, esquina Plaza Ercilla, ‘justo donde hay una entrada al Parque O’Higgins y se ven dos palmeras’. ‘Eran la puerta de entrada al parque’, añade, ‘y hay registros de que la gente reclamaba que eran muy chicos. Hacían congestión, no era expedito y por eso yo creo que los sacan. Imagínate si con los coches se hicieron estrechos, ya después con los autos los portones no daban. En 1929 se realiza una remodelación del parque y ahí perdemos el rastro’.