Autor desconocido. Óleo sobre tela. Siglo XIX. Legado Doña Paz Irarrázaval Donoso. Colección Museo del Carmen de Maipú.

Sobre la composición y técnica.

Realizada durante el siglo XIX al estilo renacentista, esta pintura nos retrotrae al canon del arte florentino en todos sus ámbitos de representación, pudiendo ser incluso una cita a la pintura “Madonna del Prato” del pintor Rafael Sanzio (1483-1520). Los elementos propios del periodo Neoclásico, a la cual corresponde esta “Virgen con Niño y San Juanito” y que retoma del Renacimiento son el uso de la composición triangular y el esfumado del paisaje.

Destaca la línea de contorno por sobre el color, mientras que los colores usados son planos, pero con un gran estudio para los paños. La luz ambiental es natural, la que permite reafirmar la gestualidad y la templanza del rostro de la Virgen y los personajes de la escena.

Sobresale del cuadro, el marco florentino sobredorado, de formato cuadrangular que oculta el espesor del bastidor, como la presencia de un espacio entre el plano del muro y la tela pintada, permitiendo que el cuadro sea percibido como una ventana o parte de la arquitectura.

Identificación del tema.

La escena está compuesta por tres personajes con aureolas, finamente dibujadas. Una mujer joven y dos niños. La Virgen sentada al centro de la composición, se encuentra vestida de rojo y manto azul, sobre su cabeza un velo blanco que envuelve su pelo y baja hasta sus hombros.

Madonna del Prato. Rafael Sanzio. 1506. Museo de Historia de Arte de Viena. 

Ella sostiene sobre sus piernas al Niño Jesús, su mirada no es frontal y se dirige a un segundo niño, que se encuentra sentado sobre una roca, junto a una cruz de madera de caña. Juanito estira el brazo y le entrega una flor de manzanilla al Niño Jesús.

Los personajes y sus simbolismo

1. La Virgen vestida de rojo y manto azul, fueron los colores usados en la pintura española de la Contrarreforma, para la representación de la Inmaculada Concepción.

2. El Niño Jesús recibe una flor de manzanilla por parte de su primo Juan el Bautista, que simbolizan a Jesús como el Buen Pastor, “quien dará su vida por sus ovejas”.

3. El niño Juan Bautista se le reconoce por la cruz de madera de caña con la filacteria “Ecce Agnus Dei” que significa “Este es el Cordero de Dios”, sentencia que anticipa el sacrificio y la muerte de Jesús.

Texto escrito para la exposición “De Oriente a América: representaciones de María en la Historia del arte”, noviembre 2017 enero 2018, Museo del Carmen de Maipú y Museo de Artes Universidad de Los Andes.