«Enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clase.
Enseñar con actitud, el gesto y la palabra»
Gabriela Mistral
La labor pedagógica de la poetisa
Lucila de María Godoy Alcayaga nace el 7 de abril de 1889 en Vicuña, una ciudad nortina situada en el Valle del Elqui. Sus padres fueron Petronila Alcayaga Rojas (modista) y Juan Jerónimo Godoy Villanueva (profesor). Creció en el seno de una historia familiar vinculada con labores pedagógicas, pero fue su hermana materna, Emelina Molina Alcayaga, quien siendo maestra le mostró el noble arte de enseñar a leer y escribir, lo que despertó gran interés en ella; y fue la motivación para su formación y vocación.
A los 15 años de edad, ya había sido nombrada ayudante en la Escuela de La Compañía Baja y la experiencia adquirida en distintas escuelas a lo largo del país ayudo a Gabriela Mistral en la reflexión profesional con respecto a los métodos y fines de la enseñanza. Asimismo, iba articulando un pensamiento pedagógico, cuyo enfoque era el desarrollo y bienestar integral de los niños. Dentro de sus intereses estaban los métodos de lecto-escritura, la calidad de los materiales educativos y el papel de las bibliotecas.
En términos institucionales defendió el surgimiento de la Escuela Nueva o Activa donde todos los niños accedieran a la educación. Es por esto que en 1910, en plena conmemoración del Centenario de Chile, la joven maestra publicó el artículo «Ventajoso Canje» en el periódico “El Coquimbo”, incitando a la instauración de una Ley de Instrucción Primaria Obligatoria.
La poetisa, siempre comprometida con la enseñanza, constantemente divulgaba en charlas y conferencias su pensamiento pedagógico, visitaba establecimientos educacionales e incluso en junio de 1922 viajó a México invitada por el Ministro de Educación mexicano, el poeta José Vasconcelos, con el fin de colaborar en la reforma educacional y la creación de bibliotecas populares en ese país.
El mismo año apareció en New York “Desolación”, a partir de esta publicación Gabriela Mistral adquirió reconocimiento y prestigio internacional siendo considerada como una de las mayores promesas de la literatura latinoamericana. También marca el inicio de una serie de publicaciones en tierras extranjeras. Durante la década de 1930 dictó numerosas conferencias y clases en Estados Unidos, Centro América y Europa.
En 1945 la Academia Sueca galardonó finalmente a Gabriela Mistral con el Premio Nobel de Literatura y posteriormente, en 1951 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura en Chile.
Actualmente, la Sala Gabriela Mistral del Museo de Arte Colonial San Francisco muestra el Pergamino y la Medalla de Oro del Premio Nobel de Literatura otorgado a la poetisa y que ella legara por testamento al pueblo de Chile, bajo la custodia de la Orden Franciscana.
Además, se exhiben diversos premios y condecoraciones recibidos por la poetisa, en Chile y el extranjero, junto a su Biblia personal.
Muchas instituciones en Chile homenajean a la poetisa por su labor y aporte a la cultura del país y al igual que ella cumplen la misión de educar a la ciudadanìa, entre las que encontramos:
El Museo Gabriela Mistral, ubicado en la ciudad de Vicuña.
La Casa Museo Gabriela Mistral, en La Serena.
Museo de Sitio – Casa y Escuela de Gabriela Mistral, ubicada en Montegrande en la comuna de Paihuano.
El Museo de la Educación Gabriela Mistral, ubicada en la intersección en el Barrio Yungay de la comuna de Santiago.
La Sala Museo Gabriela Mistral, en la Universidad de Chile a cargo del Archivo Central Andrés Bello, en Santiago.
El Centro Cultural Gabriela Mistral, Centro GAM, ubicado en Santiago.
El Museo «Lucila Godoy Alcayaga» de la Escuela de Pedagogía en Educación General Básica de la Universidad Central, ubicado en Santiago.
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